miércoles, 6 de julio de 2016

Reír juntos

Es un invierno frío y obscuro, hace casi un mes que no deja de llover, el ánimo de la gente empeora con los días, incluso el mío. Lo gris de los días se contagia a las personas, estamos cada vez mas encerrados ya casi nadie sale a la calle...

Es tarde en la noche y decido salir a caminar, tratar de cambiar el color de los días, las calles solitarias despojadas de historias cuentan un vacío pocas veces visto, solo veo mi reflejo al pasar por los charcos de agua de la reciente lluvia, ya ni la juventud se anima a enfrentar el frío...

Recorro las calles que camino a diario, hoy las disfrutó, camino lento y observando cada detalle, las luces de los locales se entrecruzan en la acera dibujando flechas que parecieran indicarme el camino. Sin preocupaciones en mi cabeza me dejo guiar por ellas...

A medida que avanzo en mi incierto camino descubro que las luces de la calle van quedando atrás, aunque no quedo en la obscuridad, la Luna fiel compañera de las almas solitarias ilumina mis pasos...

Una luz se filtra por una ventana y me atrapa, me detengo frente a ella, observando que sucede en el interior veo una pareja, escuchan música. Ella cocina mientras el canta y baila para ella, ríen juntos y disfrutan de su compañía, el reloj, el clima nada más parece importarles.

Me doy cuenta que si queremos todos podemos cambiar el color del...

No puedo terminar de hilar mis pensamientos por que una mujer se choco conmigo al caminar, pues al igual que yo la atrapó la ventana y se detuvo con mi cuerpo. Me di vuelta con la reacción de intentar retar a alguien distraído que no pudo evitar el choque, pero al verla quede mudo solo mirandola. Ella corrió lentamente su mirada hacia mí, se sonrió.

Luego reímos juntos...


*** Fru Agüero ***

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